El metaverso ha adquirido relevancia en los últimos años. Y no solamente porque se haya convertido en uno de los principales proyectos del empresario estadounidense Mark Zuckerberg. Buena muestra de ello es que adquirió la empresa de realidad virtual Oculus VR en 2014. Y en 2021 decidió cambiar el nombre de Facebook, su empresa matriz, por el de Meta. Pero, ¿qué el metaverso? ¿Qué se puede hacer en él? ¿Representa algún tipo de riesgo? Y, en ese caso, ¿cómo podemos protegernos?
¿Cuáles son los orígenes del metaverso?
Antes de explicar qué es el metaverso conviene conocer sus orígenes. Y los encontramos en la literatura. Concretamente, en la ciencia ficción. Así, mientras Isaac Isamov predijo el internet y William Gibson popularizó el ciberespacio en su premiada novela NEUROMANTE (1984), el término metaverso llegó a nuestras vidas de la mano de Neal Stephenson.
En su icónico libro Snow Crash (1992), el ciberespacio de Gibson da lugar al metaverso. En ese mundo virtual, el samurái Hiroaki Hiro Protagonist, repartidor de pizza en la vida real, descubre un virus informático, llamado Snow Crash, que proyecta una imagen de ruido constante sobre un monitor. Y, peor aún, afecta a la capacidad del lenguaje de quienes la contemplan.
¿Qué es el metaverso?
Para conocer qué es el metaverso, además de referirnos a sus orígenes, es importante saber por qué se denomina así. En este sentido, se trata de un acrónimo formado por meta, que significa después, y verso, que hace referencia al universo. Así pues, hablamos de un universo que se encuentra más allá del que vivimos día a día.
En el caso de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), lo define de la siguiente manera:
- El metaverso es un mundo virtual en el que, usando dispositivos como gafas o cascos de realidad virtual y otros accesorios, es posible actuar con el entorno que nos rodea.
- La finalidad de las gafas o cascos de realidad virtual es facilitar la visualización de imágenes creadas por computadora. Es decir, visualizar un mundo virtual.
¿Cuántos tipos de metaverso existen?
Entre los diferentes tipos de metaverso encontramos universos virtuales tradicionales como el videojuego Grand Theft Auto. A través de modo roleplay, los gamers pueden tomar la personalidad de un personaje y meterse en su piel. Por su parte, Roblox es una plataforma de videojuegos en línea, con un sistema de creación muy potente, que facilita crear mundos virtuales.
En cuanto a los metaversos que se sirven de la tecnología blockchain, se dividen entre centralizados y descentralizados. Los primeros están controlados por una compañía y poseen una economía virtual propia. Y los segundos son gestionados por los usuarios y tienen una economía virtual autónoma.
A propósito, conviene diferenciar entre metaverso, multiverso y omniverso.
- En el metaverso, todos los usuarios interactúan en el mismo universo digital.
- El multiverso, como indica su denominación, aúna varios mundos virtuales independientes.
- Y el omniverso es la suma de todos los metaversos y multiversos.
¿Qué se puede hacer en el universo virtual?
Una vez que se tiene claro qué es el metaverso como concepto, es importante saber qué se puede hacer en él. Al respecto, los expertos observan que, más allá de los videojuegos, el mundo virtual puede emplearse para numerosos fines. Entre ellos, los siguientes:
- Actividades sociales. Conversar con otras personas, a través de llamadas de audio y vídeo, y participar en chats y reuniones.
- Aprendizaje. El mundo educativo y las acciones de formación también tienen cabida en el metaverso.
- Campañas de marketing. Los especialistas en acciones publicitarias auguran que las acciones comerciales virtuales adquirirán una gran relevancia.
- Compras en línea. Otra de las utilidades del universo virtual es poder visitar tiendas, interactuar con los artículos, probárselos, preguntar al vendedor y comprarlos utilizando monederos virtuales.
- Juegos. Como ya se ha comentado, los videojuegos están muy relacionados con el metaverso. De hecho, se los considera la vía de acceso al mundo virtual.
- Ocio y viajes. La experiencia de visitar un museo o conocer una ciudad será muy similar a la real.
- Operaciones militares. Asimismo, el mundo virtual posibilita que los ejércitos puedan entrenarse y hacer simulacros.
- Salud. Ya existen proyectos para que se pueda interactuar con los pacientes de forma virtual, formar al personal médico o dar a conocer los últimos avances para intervenciones quirúrgicas.
- Tratamiento de fobias. Entre las ventajas del metaverso se encuentra la posibilidad de tratar aversiones o temores como la aerofobia o la glosofobia.
¿Qué es un avatar?
Snow Crash se convirtió en la novela del género ciberpunk más vendida en su década y hoy continúa siendo considerada una obra de culto. Además, gracias a ella, los lectores pudieron empezar a familiarizarse con otro término que, en la actualidad, forma parte del vocabulario global: avatar. Tanto es así que ha sido recogido por el Diccionario de la Lengua Española, que define avatar como la “representación gráfica de la identidad virtual de un usuario en entornos digitales”. Quienes deseen acceder al metaverso han de crear su avatar, con un aspecto lo más parecido posible a su apariencia y personalidad en el mundo real, para interactuar con el resto de personajes tridimensionales
Entre otras aplicaciones, el metaverso contribuirá positivamente al mundo educativo y las acciones formativas.
Riesgos asociados al metaverso
Pero, al igual que sucede con el Internet que utilizamos a diario, el metaverso se asocia a una serie de riesgos. Como, por ejemplo:
- Padecer dependencia debido a una inmersión excesiva. Algo parecido a la ciberadicción, un asunto del que ya se ha ocupado Segurilatam en sus contenidos didácticos.
- Sufrir problemas de salud mental como aislamiento, depresión, violencia, etc.
- Llevar a cabo conductas irresponsables.
- Utilizar gadgets tecnológicos que sean vulnerables a ciberataques.
- Sufrir mareos o caídas que se traduzcan en daños físicos, por desorientación o un mal cálculo de algunas acciones, u otras afecciones como pérdida de coordinación visual.
- Estar expuestos al robo de datos, información e identidad personal, monederos virtuales…, así como a posibles fraudes.
- Ser víctimas de agresiones sexuales, ciberacoso, extorsión, etc.
Y a los mencionados han de sumarse otros peligros como aprendizaje criminal, captación ilegal, exposición de menores, gamificación perversa, polarización política y social, radicalización, etc.